sábado, 21 de marzo de 2009

La Concordia necesaria

El 15 de febrero de 1412, Cataluña y Aragón firman la Concordia de Alcañiz en la que establecen que nueve compromisarios, tres por reino, deliberen sobre los derechos de los pretendientes y decidan cuál debe ocupar el trono, siempre y cuando el elegido obtenga un mínimo de seis votos y al menos uno de cada reino.
El reino de Valencia no se sumó en un principio a la Concordia de Alcañiz debido a la resistencia militar que impuso Jaime II de Urgel, pero tras la Batalla de Murviedro y la derrota del conde de Urgel, Valencia se uniría a la Concordia el 27 de febrero de 1412.
La elección de los nueve compromisarios se encomendó por el Parlamento de Aragón a Gil Ruiz de Libori, gobernador de Aragón, y a Juan Jiménez Cerdán, Justicia Mayor del reino que designaron a:




Por Aragón:
Domingo Ram, obispo de Huesca.
Francisco de Aranda, antiguo consejero real y enviado de Benedicto XIII.
Berenguer de Bardají, jurista y letrado general de las Cortes de Aragón.
Por Cataluña:
Pedro de Sagarriga, arzobispo de Tarragona
Bernardo de Gualbes, síndico y conseller de Barcelona.
Guillem de Vallseca, letrado general de las Cortes catalanas.
Por Valencia:
Bonifacio Ferrer, prior de la Cartuja de Portaceli.
San Vicente Ferrer, dominico valenciano.
Ginés Rabassa, ciudadano de Valencia experto en derecho, que por enfermedad fue sustituido por Pedro Beltrán.




Casi 600 años después, la Concordia sigue siendo necesaria, sigue siendo necesario llegar a acuerdos, sentarse en torno a una mesa y limar los naturales disensos, que deben llegar a consensos y a suavizar las diferencias.


El ejemplo de la Concordia de Alcañiz, en el Castillo Calatravo de Alcañiz, que llevó a representantes de Aragón, Cataluña y Valencia ha de estar presente para ir todos junto en busca de objetivos comunes.




Así pues, Fernando de Trastámara fue proclamado rey el 28 de junio de 1412 como Fernando I de Aragón, quien el 5 de agosto entró en Zaragoza, donde juró su título ante las Cortes junto a su hijo Alfonso. Sólo hay que pensar en la trascendencia de aquella Concordia.

1 comentario:

César Ciriano dijo...

Me parece correcto plantear la idea de la concordia, en tiempos como los actuales, de relación tensa entre Aragón y Cataluña.
Al margen del contencioso sobre los bienes, donde creo que Aragón tiene toda la razón y deben cumplirse ya las resoluciones judiciales que se han dictado, considero que debe existir una buena relación con nuestros vecinos catalanes.
Y plantear esta idea, con base en una exposición histórica tan detallada y completa como la que hace Ángel en su Blog, me parece correcto.
Y más todavía cuando un matemático como él demuestra que sabe mucho sobre Historia.
César Ciriano