Érase una vez un muchacho que le preguntó a una chica si se quería casar con él.
La muchacha dijo 'NO'.
Y la muchacha vivió feliz para siempre
sin lavar,
sin cocinar,
sin planchar para nadie,
saliendo con sus amigas,
yendo al cine, al teatro, a la playa o a donde le diera la gana,
gastando su dinero en si misma
y sin ser obrera por obligación para realizar “trabajos de mujeres”.
FIN.
El problema es que de pequeñas no contaban este cuento, sino el del maldito Príncipe Azul...
La separación por sexos en los centros educativos es una medida arcaica, retrógrada y clasista, que no tienen ninguna justificación pedagógica, y contradice los principios de la coeducación como objetivo transversal de la práctica docente.
La separación por sexos en los centros educativos es una medida arcaica, retrógrada y clasista, que no tienen ninguna justificación pedagógica, y contradice los principios de la coeducación como objetivo transversal de la práctica docente.
Simplemente hay que respetar y cumplir con la actual legislación, que establece la no discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social, y que además obliga a dar atención preferente y prioritaria a los centros que desarrollen el principio de la coeducación, como medio para fomentar la igualdad efectiva entre hombres y mujeres.
La enseñanza segregada por sexos es un grave paso atrás sobre el modelo mixto, y de esta manera se vulneran el principio constitucional de no discriminación por sexo.
Por ello, los jóvenes socialistas han propuesto que se articulen medidas que impliquen la revisión de las subvenciones educativas que el Estado concede a las comunidades autónomas que siguen concertando centros que segregan por sexo, en función del número de colegios de estas características que reciben dinero público.
Según el Secretario General de JSE, Sergio Gutierrez, “la escuela no es únicamente un lugar donde se accede al conocimiento, sino también un entorno de formación en el que se aprende a ser persona, a ser ciudadano y a convivir con otros, independientemente del sexo, la raza, la religión o la mayor o menor facilidad para el estudio”.
“Por eso, no se debe ceder en el modelo educativo mixto, a las ventajas de una educación integrada, que muestre en la práctica y desde los primeros años de la vida de las personas la igualdad de todos los escolares, una educación que permita anudar lazos de convivencia con los demás.”, ha concluido Gutiérrez.
Como dice mi compañero Jesús Rodríguez en cada una de las primeras clases que tiene con un nuevo grupo: “lo primero que debéis aprender es a saber decir que NO”.
Ya vale de educación basada en el cuento del Príncipe Azul.
NO a la “sección” femenina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario