En los albores de la primavera, muchos siglos atrás, se tenía la creencia que durante el invierno los muertos y los malos espíritus dormían y estaban sin hacer maldades. Es por lo que en la zona mediterránea, había que espantar a los muertos, lo que se llamaba “el espantamuertos” que consistía en asustar a los muertos y a los espíritus, presumiblemente malignos, para que dejaran en paz a los vivos y a sus pueblos y ciudades.
En el Bajo Aragón la forma de espantar a los “muertos” era haciendo un ruido atronador con matracas, tambores y carracas.
Se dice que la forma de espantarlos en la zona levantina era haciendo grandes hogueras.
El verdadero origen del tambor es difícil de encontrar y por ello me permito la licencia de contar este origen que me parece precioso. Y puede ser el motivo que más de 2000 personas salgan a la calle a hacer ruido.
Hablar de Alcañiz y no hablar de los Tambores sería tanto como pasar por alto el acontecimiento más singular y más arraigadamente entrañado en el espíritu de sus gentes, que pasan casi dos días al año batiendo con los palillos el tambor . La tradición, religiosa de los Tambores, se inició el día de Viernes Santo del año 1678, en que apareció por primera vez la procesión de El Pregón por iniciativa de un cuaresmero de la iglesia colegial de Santa María la Mayor, llamado fray Mateo Pestel.
Abrían el desfile tres penitentes encapuchados que llevaban respectivamente una trompeta, dos campanas y dos timbales, de modo parecido a como se pregonaban las ejecuciones capitales, y la disposición de la comitiva no varió hasta que, años después, se sumaron a los tres iniciales penitentes seis nazarenos que agitaban ruidosamente unas dobleras.
Los asistentes comenzaron a salir luego, por propia iniciativa, con carracas y matracas y, con los años, comenzaron a incorporarse tímidamente los primeros tambores, que terminaron por imponerse andando el tiempo. La tradición se extendió por otros pueblos del Bajo Aragón y ha tenido tanta fortuna últimamente que está arraigando en Teruel e incluso en Zaragoza. ¿Por qué se toca el tambor, unos dirán que por fe., otros por tradición y otros por un elemento de identidad local. El tambor nos une.
Yo toco el tambor, por que me gusta. Y además por que me gusta "espantar a los muertos y a los malos espíritus".
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