jueves, 14 de mayo de 2009

Vivir de las lágrimas de los demás


El caso de la polilla de Madagascar es realmente curioso. En las charcas del suelo, con abundante población de ranas, esta polilla tendría serios problemas para beber, así que se las ha apañado para encontrar fuentes de agua más seguras: los ojos de las aves. En efecto, estos insectos se posan suavemente sobre la espalda y cuello de las aves dormidas, y emplean su probóscide (con forma de arpón) para alcanzar el interior del párpado y beber las lágrimas del petirrojo urraca, o de los pájaros Newtonia.


Este comportamiento (se cree que exclusivo a los machos de la especie) tiene lugar sólo durante la estación húmeda, por lo que los científicos creen que las polillas no sólo buscan agua, sino las sales minerales que antes obtenían en los suelos secos.
Desde hace tiempo se conocen varias especies de polillas y mariposas que beben lágrimas. Las hay en otras partes de África, Asia y Sudamérica, pero normalmente eligen como “fuente” a animales grandes y plácidos, como venados, antílopes o cocodrilos, ya que estos tienen más problemas para espantarlas. En Madagascar sin embargo los mamíferos de mayor tamaño son los lémures y las mangostas, animales muy ágiles y con garras certeras. Por otro lado las aves de la zona pueden escapar volando a plena luz del día, así que las polillas de la isla tuvieron que desarrollar otra estrategia.
Estaba claro que había que atacar de noche, pero el problema es que las aves duermen con su doble párpado cerrado, así que la probóscide suave y en forma de pajita típica de otras especies de mariposas sorbe lágrimas, tuvo en este caso que adaptarse poblándose de garfios y púas, lo cual le da un aspecto temible. Aparentemente el acto no ocasiona daños a las aves, que de hecho ni se despiertan, por lo que los científicos creen que el insecto les suministra un anestésico para aliviar la irritación.



Lo de esta "polilla" ha ocurrido en nuestra sociedad en estos últimos años en los que unos pocos (comparados con el resto de la población) han utilizado el esfuerzo y el trabajo de los demás(de casi todos), para enriquecerse. Han bebido y vivido de sus lágrimas.
¿Cuánto especulador ha dejado sin lágrimas a tanto trabajador que sólo quería un espacio digno para vivir? y ¿a cuántos trabajadores se les echa a la calle después de haber dejado su vida por la empresa a la que trabajaban?
Cuántas polillas de Madagascar viven de las lágrimas de los demás.

1 comentario:

Poeta Carlos Gargallo dijo...

Qué cierto lo que comentas compañeros, saludos desde Murcia, un abrazo.