sábado, 18 de diciembre de 2010

Arte de PRUDENCIA






Baltasar Gracián en "El Discreto" presenta la prudencia en forma de alegoría, con el título de «El hombre de espera».

Comienza así: “En un carro y en un trono, fabricado éste de conchas de tortugas, arrastrado aquél de rémoras, iba caminando la Espera, por los espaciosos campos del Tiempo, al palacio de la Ocasión». Conduce el séquito la Prudencia, y está compuesto de virtudes: la Madurez, el Decoro, la Esperanza, la Cordura, la Entereza, la Sazón, el Consejo, la Detención, la Disimulación, etc. ¿Qué esperan encontrar en aquel palacio? La Felicidad”.
Así, pues, la prudencia es una sabiduría, aunque humana, por ser el saber que más ayuda al hombre a vivir.




Para que la prudencia pueda cumplir debidamente su fin, debe ir acompañada de tres virtudes: la eubolía, habilidad para la acertada indagación de los medios conducentes al bien; la synesis, rectora del juicio, y la gnome o perspicacidad, en los casos en que el juicio debe versar sobre asuntos en que es conveniente apartarse de la ley común, por ejemplo, para lo político
.”


Pablo Iglesias tenía como una de sus cualidades la “mesura” que, para la diferencia de siglos que se llevaba con Baltasar Gracián, podía tener una similitud con su “prudencia”.
En cualquier caso la “prudencia” es siempre buena consejera en la toma de decisiones, mucho más en las decisiones políticas.


Como dice Gracián :”Es cordura provechosa ahorrarse disgustos. La prudencia evita muchos.”

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