martes, 15 de febrero de 2011

pourquoi nous n´aimons pas la démocratie?


Leer a Myrriam Revault nos hace rejuvenecer y volver al ansia de la necesidad de la lucha por la democracia. La democracia se conquista día a día y encontrar textos actualizados a la realidad, no sólo española sino europea, hace que tengan un valor más sublime.

En “El hombre compasivo”, l´homme compassionnel, Myriam Revault de Allones nos recordó que para hacer una buena política, se necesita corazón. Aunque la compasión por sí sola no hace una buena política.

La justice n'est pas la vengeance. La justicia no es venganza.

Et plaindre l'injustice et la misère ne contribue pas à les combattre : ” La sentimentalité, tout comme l'insensibilité, empêchent de voir clair”. “L'espace public n'est plus (alors) le lieu où se cristallise l'opinion, c'est-à-dire où l'attention des citoyens se mobilise autour de problèmes jugés essentiels pour la communauté.
Y se quejan de la injusticia y la miseria no contribuyen a la lucha: " como la insensibilidad, que nos impide ver con claridad. Sentimentalismo". “El espacio público no es (entonces) el lugar donde se cristaliza la opinión, es decir, donde la atención de los ciudadanos movilizados en torno a temas considerados esenciales para la comunidad.

Il est le lieu où s'additionnent les expériences singulières et où triomphe l'individualisme de masse.» La démocratie cesse alors d'être l'expression d'une exigence partagée par le plus grand nombre, un dialogue.
Es donde las experiencias únicas se suman en el triunfo del individualismo de masas. La democracia deja de ser una expresión de una exigencia compartida por muchos, un diálogo.

Elle cesse alors d'être l'endroit où se posent les questions fondamentales du vivre-ensemble et de son organisation. Deja de ser el lugar donde hay problemas fundamentales de la convivencia y su organización.

Elle devient l'art d'accompagner les plaintes. Ella se convierte en el arte de las quejas de acompañamiento.

Elle se trouve contrainte à l'action immédiate, aux lois de circonstance. Ella se ve obligada a acción inmediata, las leyes de las circunstancias.


En "¿Por qué no nos gusta la democracia?", “pourquoi nous n´aimons pas la démocratie”, la filósofa continúa su análisis crítico del funcionamiento actual de nuestras democracias, centrándose en la naturaleza de la relación entre nosotros ahora, y que a menudo se nos hace "desencantado con la democracia" . Recordamos la fórmula de Churchill: "La democracia es el peor de los regímenes, con excepción de todos los demás”. » Y sin embargo todos somos el desencanto demócrata que ya se produjo en Atenas, la democracia no dejó de los críticos, de Myriam Revault, en la crítica o el sarcasmo de que la democracia es el objeto, sino de la naturaleza de la experiencia democrática, trabajó por la incertidumbre, el conflicto, incompleta e indisolublemente ligada a lo que se opone a ella y la amenaza.



¿Cómo afronta el hombre democrático este problema que todavía existe?, ¿no sería caer en la insatisfacción y desilusión permanente? ¿Cómo podríamos no estar satisfecho o desilusionado?




El neoliberalismo está en su cabeza, el endeudamiento de la lógica de gestión de un Estado convertido en "Estado-Empresa", llamado para responder de su actuación, eliminando toda referencia al bien común. En el nivel más alto del poder del Estado parece ser usado en una lógica de intereses personales y no sólo de interés general. En nuestra democracia, nos gustaría hablar más en términos de intercambio que en términos de competencia y la confrontación.
También es necesario hacer de la democracia un factor clave: el debate de ideas en nombre del interés general.

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