La nueva ola liberal que los grupos conservadores vienen proponiendo insistentemente como el "adelgazamiento" del Estado, el menor inetervencionismo de las Instituciones y la menor participación de los ciudadanos y empresas en la recaudación de impuestos, traería consigo una disminución de la protección e igualdad de derechos a los más desfavorecidos, a los que más lo necesitan y en definitiva a la protección social.
Es paradógico que, siempre con el pretexto de ayudar a los empresariso, se pide insistentemente la necesidad de ayudas millonarias de las instituciones, además de las bajadas de impuestos.
Este es el caso de las nuevas aportaciones económicas del Gobierno de los EEUU, ahora de 600 mil millones de dólares, conlo que la paradoja está servida. Cuando necesitan ayuda, el estado tiene que salir a socorrelos.
Quieren menos Estado, a la hora de contribuir, a la hora de pagar; pero quieren más ayudas institucionales , a la hora de subvenciones a los empresarios. Esto es, menos "Estado" para los pobres y más ayudas estatales para los ricos.
¿Donde están los beneficios de las empresas cuando las cosas iban tan bien?
Las Administraciones, sin duda, deben ser más eficientes y austeras en la gestión, pero deben contar con los medios necesarios para cumplir con su misión y objetivos.
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