Uno de los mayores peligros que corre la democracia es que no exista democracia en los partidos, porque los convertiría en meros lobbys. Ésta es, seguro, una de las razones por las que la ciudadanía se aleja de la Política. Pero paradójicamente cuando se produce el feliz encuentro entre la democracia y la vida orgánica de un partido, unos lo ven como debilidad y otros como alboroto. Así pues, lo que tendría que ser norma y cultura en todos los partidos, es excepción en algunos. Y precisamente porque es la excepción, se estima que algún acontecimiento democrático puede fracturar la cohesión interna y refuerza a los partidos contrincantes al hacer de la necesidad virtud.
La necesaria democracia se percibe por algunos como atentado al inevitable tutelaje democrático o, lo que es más grave, como un proceso de deslegitimación del liderazgo.
No minusvaloremos lo que les falta a los partidos: más democracia interna, más ámbitos deliberativos, mayor control y transparencia interna; critiquemos lo que les sobra: presidencialismo, cooptación orgánica, restricción del debate por miedo al disenso, externalizar la política a los ámbitos judiciales y económicos, etc. Más democracia no es un placebo, es el remedio.
Las encuestas no pueden ser nunca las responsables de la elección del liderazgo, de este modo, la demoscopia se sobrepondría a la misma democracia. Siendo las encuestas muy importantes, no pueden ni deben ser el eje que vertebre a los partidos políticos. Si la demoscopia se convierte en el vértice de la oferta política, entonces los próximos carteles electorales tendrán que poner la foto del candidato o candidata de turno con una amplia sonrisa diciendo: “Lo que tú quieras”.
La democracia no es demoscopia y menos aún mercancía. Es un fatal error trasladar las reglas del mercado a la democracia. Porque la democracia es disenso, participación y elección.
Insisto en el valor de la Política con mayúsculas, en la preservación de lo público para garantizar el bien común, en la conformación del sentimiento de pertenencia a partir de identidades compartidas y no excluyentes. Insisto en lo etéreo y accidental de los políticos y en la perversión de la consideración de político como profesional. Un político puede representar temporalmente, pero nunca ha de poder tener la plaza en propiedad asimilándose a un funcionario.
Nuestro Partido no es un partido jerárquico, es un Partido Democrático y por ello se puede y se debe opinar, aunque luego, después de la votación consiguiente, se acate lo que fije la mayoría y siempre intentando conseguir un consenso que homogenice las opiniones de la mayor parte de las partes.
La democracia se conquista, como la libertad, cada día, en cada acto, en cada reunión. En democracia, como en ir en bicicleta, o se avanza o uno se cae.
Cuidemos y valoremos la democracia, tengamos en cuenta el esfuerzo y la lucha que han tenido que hacer tantas personas para conseguir el estado democrático en el que estamos.
Recuerdo especial en este día a Marcelino Camacho, luchador ejemplar.
La necesaria democracia se percibe por algunos como atentado al inevitable tutelaje democrático o, lo que es más grave, como un proceso de deslegitimación del liderazgo.
No minusvaloremos lo que les falta a los partidos: más democracia interna, más ámbitos deliberativos, mayor control y transparencia interna; critiquemos lo que les sobra: presidencialismo, cooptación orgánica, restricción del debate por miedo al disenso, externalizar la política a los ámbitos judiciales y económicos, etc. Más democracia no es un placebo, es el remedio.
Las encuestas no pueden ser nunca las responsables de la elección del liderazgo, de este modo, la demoscopia se sobrepondría a la misma democracia. Siendo las encuestas muy importantes, no pueden ni deben ser el eje que vertebre a los partidos políticos. Si la demoscopia se convierte en el vértice de la oferta política, entonces los próximos carteles electorales tendrán que poner la foto del candidato o candidata de turno con una amplia sonrisa diciendo: “Lo que tú quieras”.
La democracia no es demoscopia y menos aún mercancía. Es un fatal error trasladar las reglas del mercado a la democracia. Porque la democracia es disenso, participación y elección.
Insisto en el valor de la Política con mayúsculas, en la preservación de lo público para garantizar el bien común, en la conformación del sentimiento de pertenencia a partir de identidades compartidas y no excluyentes. Insisto en lo etéreo y accidental de los políticos y en la perversión de la consideración de político como profesional. Un político puede representar temporalmente, pero nunca ha de poder tener la plaza en propiedad asimilándose a un funcionario.
Nuestro Partido no es un partido jerárquico, es un Partido Democrático y por ello se puede y se debe opinar, aunque luego, después de la votación consiguiente, se acate lo que fije la mayoría y siempre intentando conseguir un consenso que homogenice las opiniones de la mayor parte de las partes.
La democracia se conquista, como la libertad, cada día, en cada acto, en cada reunión. En democracia, como en ir en bicicleta, o se avanza o uno se cae.
Cuidemos y valoremos la democracia, tengamos en cuenta el esfuerzo y la lucha que han tenido que hacer tantas personas para conseguir el estado democrático en el que estamos.
Recuerdo especial en este día a Marcelino Camacho, luchador ejemplar.
2 comentarios:
Enhorabuena por ser un partido no jerárquico. Si quieres visita nuestro blog: chocarel.blogspot.com y analiza los conceptos de democracia deliberativa y organigrama dinámico.
Creo que la política es un instrumento de gestión pública válido para una sociedad democrática, perfectible en todo caso pero no exenta de valores útiles para la convivencia. De los errores y aciertos que cometan quienes alcanzan el máximo grado de poder en las instituciones desde donde se ejerce, debemos tomar nota los ciudadanos para que a través de la participación (ONG, militando en los propios partidos o afiliándonos a sindicatos, lanzando nuestra opinión en la red, votando en las elecciones, etc.) podamos diagnosticar el problema e intentar paliarlo llegado el momento. Pero es el mejor de los escenarios que podemos encontrarnos para administrar lo público, creed que lo estoy diciendo sin ánimo demagógico, ejemplos hay de lo contrario como un catastrófico panorama para la supervivencia de las personas en lugares sin estructura democrática.
Puedes visitar mi Blog:
Http://nimunipo.blogspot.com
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