Hoy 11 de Agosto hace 61 años, y así lo atestiguan las dos tumbas que contienen los restos de cuatro luchadores por la democracia en el Cementerio de Caspe, que fueron brutalmente asesinados por la Guardia Civil, era el año 1947.
En la noche anterior, un grupo armado arrestó a cuatro milicianos acusados de formar parte del maquís, bajo el cobijo de una compañía de seguros que se llamaba “La Monegal”. Uno de ellos era el hermano de “la bonita”, que regentaba una posada del mismo nombre en el Callizo del Salvador de Alcañiz. Un grupo armado se los llevó en una furgoneta por la carretera hacia Caspe. Ya en término municipal de Caspe se les invitó a salir y fueron masacrados aplicando la “Ley de Fugas”.
Nunca sus cuerpos volvieron a Alcañiz y en el Cementerio de Caspe se pueden ver las dos lápidas con los nombre de los fallecidos y una inscripción que dice “Asesinados por los fascistas de Alcañiz el 11 de Agosto de 1947”.
Esta historia siempre me ha conmovido por conocer algunos de sus descendientes y es estremecedor el escuchar cómo la cuentan los que lo vivieron de alguna o de otra manera.
Pero esto sólo es el botón de muestra de lo que ocurrió aquel año 1947, pasados ya 8 años después de acabada la guerra.
El General Manuel Pizarro Cenjor, ese año había sido nombrado Gobernador Civil de la Provincia de Teruel, un área de las afectadas por la lucha armada.
La llegada de Pizarro a Teruel comporta el despliegue de unidades de transmisión del ejército y se ceba en zonas como el Bajo Aragón y el Matarraña. Es histórica la quema de un gran parte del bosque de pinos para hacer salir a la milicia y masoveros en La Cerollera (el 9 de agosto de ese mismo 1947) o los cuatro que he nombrado ya de Alcañiz. Hubo actuaciones en casi todos los pueblos del entorno como en La Portellada, La Ginebrosa, Monroyo, Peñarroya, Valdeltormo, Alcañiz o Andorra. Se denunciaron abusos sexuales en Beceite.
Esta es una pequeña parte del bagaje que atesoró el General Pizarro en Teruel en aquellos años pasada ya la Guerra Civil.
Desde aquí mi recuerdo a aquellas víctimas que lucharon en aquellos tiempos tan difíciles con el sueño de construir una España democrática. Ahora, continuar su labor, está en nuestras manos.
En la noche anterior, un grupo armado arrestó a cuatro milicianos acusados de formar parte del maquís, bajo el cobijo de una compañía de seguros que se llamaba “La Monegal”. Uno de ellos era el hermano de “la bonita”, que regentaba una posada del mismo nombre en el Callizo del Salvador de Alcañiz. Un grupo armado se los llevó en una furgoneta por la carretera hacia Caspe. Ya en término municipal de Caspe se les invitó a salir y fueron masacrados aplicando la “Ley de Fugas”.
Nunca sus cuerpos volvieron a Alcañiz y en el Cementerio de Caspe se pueden ver las dos lápidas con los nombre de los fallecidos y una inscripción que dice “Asesinados por los fascistas de Alcañiz el 11 de Agosto de 1947”.
Esta historia siempre me ha conmovido por conocer algunos de sus descendientes y es estremecedor el escuchar cómo la cuentan los que lo vivieron de alguna o de otra manera.
Pero esto sólo es el botón de muestra de lo que ocurrió aquel año 1947, pasados ya 8 años después de acabada la guerra.
El General Manuel Pizarro Cenjor, ese año había sido nombrado Gobernador Civil de la Provincia de Teruel, un área de las afectadas por la lucha armada.
La llegada de Pizarro a Teruel comporta el despliegue de unidades de transmisión del ejército y se ceba en zonas como el Bajo Aragón y el Matarraña. Es histórica la quema de un gran parte del bosque de pinos para hacer salir a la milicia y masoveros en La Cerollera (el 9 de agosto de ese mismo 1947) o los cuatro que he nombrado ya de Alcañiz. Hubo actuaciones en casi todos los pueblos del entorno como en La Portellada, La Ginebrosa, Monroyo, Peñarroya, Valdeltormo, Alcañiz o Andorra. Se denunciaron abusos sexuales en Beceite.
Esta es una pequeña parte del bagaje que atesoró el General Pizarro en Teruel en aquellos años pasada ya la Guerra Civil.
Desde aquí mi recuerdo a aquellas víctimas que lucharon en aquellos tiempos tan difíciles con el sueño de construir una España democrática. Ahora, continuar su labor, está en nuestras manos.
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